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11 de Marzo de 2017

Diálogo, discernimiento y acompañamiento: Claves para vivir la obediencia hoy.

Fotos del encuentro en el siguiente albúm 

De la tarde del 3 de marzo, viernes, a mediodía del 5, domingo, la Escuela Regina Apostolorum (ERA) de Madrid celebró su XVII Encuentro de Juniores/as en la sede del Instituto Teológico de Vida Religiosa y de dicha Escuela.

Participaron un total de 170 junioras/es, procedentes de 38 Congregaciones y al menos de 23 países. Estuvieron también presentes 10 maestras de junioras.

También nuestras hermanas Junioras, acompañadas de la maestra, se hicieron presentes en el mismo, para junto a los demás jóvenes reflexionar sobre  el voto de obediencia: “Configurados con Cristo obediente al Padre. Búsqueda de la voluntad de Dios y disponibilidad filial”. Acompañados de algunos profesores, la reflexión, el trabajo de grupo, los momentos de encuentro y la oración litúrgica han marcado este tradicional encuentro que ya está en su edición decimo séptima.

Los temas tratados han sido los modelos de comunidad por el superior provincial de los Franciscanos de Aránzazu, Juan Mari Ilarduia “Por un estilo evangélico de obediencia en la vida religiosa” a cargo de Joseba Kamiruaga, Secretario General de los Misioneros Claretianos. Heme aquí»: La obediencia del «Siervo de Yahwéh» y la obediencia de «la esclava del Señor» por Pablo Largo, cmf,  director de la Escuela “Regina Apostolorum” y Sugerencias para «obedecer con espíritu» por Ianire Angulo Ordorika, esse.

Tras la oración inicial, el desarrollo se ajustaba a este esquema: a) ponencia; b) diálogo por grupos (un total de doce, distribuidos según un criterio de máxima variedad entre los integrantes) sobre cuestiones propuestas por el ponente o la dirección de la Escuela; c) plenario en que las/los portavoces de cada grupo exponían las reflexiones compartidas en el mismo y el respectivo ponente tuvo oportunidad de comentar diversos puntos o responder a cuestiones planteadas en el mismo plenario.

La tarde del viernes intervino el P. Juan María Martínez de Ilarduia, ofm, Superior Provincial de la Provincia Franciscana de Aránzazu. Describió cinco modelos de comunidad religiosa, el correspondiente modo de ejercicio de la autoridad por parte del superior/a, y la crisis de tal modelo. Los presentó bajo estos rótulos: comunidad de observancia (el religioso ejemplar cumple las normas y tradiciones), comunidad de autorrealización o liberal (el individuo se propone ante todo la realización propia), comunidad empresa (se valora la eficacia), comunidad estufa (autorreferencial y bastante desconectada del entorno), comunidad polarizada por la inserción (socialmente muy implicada, pero con déficit en su mística). Valoró los rasgos positivos y señaló los puntos flacos de cada modelo.

Propuso luego el modelo de la comunidad que camina hacia el encuentro de comunión: es experta en discernimiento, en comunión fraterna y en la misión práctica de la misericordia.

Por un estilo evangélico de obediencia: este era el título de la ponencia del P. Joseba Kamiruaga Mieza, cmf, ex Superior Provincial de la Provincia Claretiana de Euskal Herria y Secretario General de la Congregación Claretiana. Destacó, a partir de la misma etimología de la palabra «obediencia», la importancia que en la obediencia tiene la escucha, como aparece en toda la tradición de Israel. (Hay inflación de palabras en la Iglesia y déficit de la escucha, que es una asignatura pendiente). Recordó los versos de Antonio Machado: «A distinguir me paro / las voces de los ecos, / y escucho solamente, / entre las voces, una» y nos preguntó por nuestro umbral de audición. Comentó Flp 2,5 («tened los sentimientos de Cristo Jesús») e invitó a la mímesis total de Cristo: es Él, su historia, su vida, quien nos cambia, no la idea o el programa de Jesús. En rima con este subrayado cristológico, puso de relieve que la de la obediencia no es una simple virtud moral, sino una virtud teologal: expresión dinámica de la caridad. En síntesis, propuso: obedecer a Dios, obedecer a uno mismo (lo que implica autoconocimiento), acoger el mundo, obedecer a la familia religiosa.

Por la tarde intervino Pablo Largo Domínguez, cmf, Profesor del Instituto Teológico de Vida Religiosa y Director de la ERA. Trató sobre la obediencia de Jesús, articulando la exposición en estos puntos: la trascendencia de la escucha y la ejercitación de Jesús en la misma a lo largo de su ministerio, así como las mediaciones humanas para su escucha de la voluntad de Dios; la obediencia plena al Padre y la envidiable libertad ante los hombres; la obediencia de Jesús como un estilo que recorre de punta a punta toda su trayectoria vital; el aprendizaje doloroso de esta disciplina (Heb 5,8), lo que nos vuelve aprendices de tan singular aprendiz; la fecundidad salvífica de la obediencia jesuana y la nota filial de la misma: en su historia terrena, el Hijo vive su amor al Padre bajo la forma de la obediencia y nos lleva a vivir nuestra obediencia bajo la forma del amor.

La mañana del domingo tuvo la ponencia final la Prof.ª Ianire Angulo Ordorika, esse, docente en las Facultades de Teología de Granada y de Comillas (Madrid) y en el Instituto Teológico de Vida Religiosa. Comenzó con una imagen: la de la Thermomix, un robot con grandes ventajas para que incluso los imperitos/as puedan ofrecer una comida variada y agradable; pero la vida no es así. Añadió dos advertencias: una, que necesitamos reconciliarnos con lo incierto: no hay recetas; caminamos con certezas, pero sin seguridades al cien por cien; podemos apostar sin que sea a lo loco y liberarnos de la necesidad de acertar; la segunda: la exposición tendrá carácter práctico, porque importa tener la mirada en el horizonte, pero con los pies en la realidad. Nuestra vida religiosa es como es: hay un desfase personal e institucional. Pero «si sacas lo precioso de lo vil serás como mi boca» (Jer 15,19).

Toda vocación creyente implica la escucha del Señor, la obediencia; lo propio de la vida religiosa es que la escucha viene mediada. Se necesita una actitud constante de discernimiento en lo gris y cotidiano de la vida, una actitud de apertura: dejarnos sorprender, no domesticar a Dios. Su voluntad tiene el primado: «Porque me quieres, lo que tú quieras». No es obvio ni evidente obedecer con Espíritu, identificar su voz: para distinguir a los profetas verdaderos había que tener un oído afinado. Y preguntó desde dónde hacemos los sacrificios, qué buscamos…

Finalmente trató sobre las mediaciones: las carismáticas y las de la vida. Se precisa abrir la mente a la lógica divina; en lo que no debería ser quizá aprendo a amar. La autoridad no ha de diluirse en el consenso ni ha de ser despótica; no matemos el evangelio en nombre de “la verdad”. Ahora bien, para «desobedecer con Espíritu» hay que vivir con mucha verdad y mucho discernimiento. El amor, por encima de todo.